"Del cuento breve y sus alrededores" - nota de lectura

En Del cuento breve y sus alrededores, Julio Cortázar hace un pequeño recorrido por el proceso de construcción de un cuento contemporáneo. 

Cortázar toma prestado un precepto de Horacio Quiroga para comenzar a definir la noción de esfericidad. 

“Cuenta como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento”.

De esta manera el cuento se va construyendo de una forma cerrada, de adentro hacia afuera. Estoy de acuerdo con este precepto en la medida en que de esta forma se logra un ambiente que consigue cautivar al lector a pesar de la brevedad propia del cuento. Cortázar establece que el cuento contemporáneo corre una constante carrera contra reloj, por lo que precisa economizar los medios y así potenciar sus elementos. 

La construcción de una atmósfera adecuada es muy importante, sobre todo para los cuentos fantásticos. Cortázar percibe a la escritura como una forma de exorcizarse y personalmente no podría estar más de acuerdo. Plantea la analogía de un puente para simbolizar la relación entre el narrador y lo narrado. Todo lo que se escribe queda fuera, del otro lado del puente. 

Por otro lado, no comparto del todo esa necesidad de librarse de inmediato del cuento a la hora de escribir. Si bien los cuentos fantásticos son en buena parte una representación de pesadillas y alucinaciones neutralizadas, no siempre es tan "fácil" o fluido el proceso de poner en palabras lo que nos atormenta. A veces un cuento surge como resultado de una regurgitación de sentimientos, pero otras veces se necesita un largo proceso de asimilación y duelo para poder llegar a la etapa de extrañamiento. De ambas formas se puede lograr ese ambiente propicio para el exorcismo de las preocupaciones neuróticas.