Reversionando el pasamanos

Microcuento original: Así como recibió el libro, el monje lo volvió a entregar. 

Bildungroman: 

La respiración se le agitaba al punto en el que pensó que iba a colapsar, sus uñas se marcaban en el libro como si sus manos estuvieran buscando fuerzas, pero sus piernas aún podían correr un poco más. No pecaré, no pecaré como mi hermano- repetía el niño desesperado. Cada tanto recuerda ese día que vivió con apenas 14 años. El recuerdo inunda su mente cada vez que siente la fatiga en sus piernas luego de horas de trabajos agrícolas para el autoavastecimiento del monasterio. Ese día fue el que decidió dedicar su vida a la oración y la observación religiosa. Dios abrió un camino de luz en su vida y ahora el Monje solo puede brindarle su humilde devoción total. 

Sátira:  

En un mundo tan cambiado es importante preservar los buenos hábitos y la pureza. La iglesia debe actuar como un lugar de contención en el que se aspira a alcanzar la santidad. En pos de la "libertad" se adoptaron practicas propias de desviados y pecadores. Las mujeres pueden votar, existe el matrimonio igualitario y la gente se divorcia. Aunque ahora sea preciso padecer sus culpas y pecados, Dios ilumina nuestro camino para restituirnos hacia la santidad. Las practicas religiosas deben habitar en nuestra memoria inalteradas a través de las generaciones. Como un monje, debemos conscientemente recurrir a la biblia. Aferrarnos a las palabras de Dios y reconocer que la culpa es nuestra es lo que nos va a permitir evolucionar. 

Cuento Fantástico: 

Cada mañana me levanto escuchando sus palabras y me acuesto escuchando sus plegarias. El libro me dice que no lo deje. Es mi única compañía tangible en esta vida. Se convirtió en la voz que habita mi cabeza. Dios no me permita perder la cordura. He dedicado mi vida entera a la devoción de su santa figura y la difusión de los valores religiosos. Pero, honestamente no se si creo en Dios. Estando tan cerca de la muerte creo que prefiero quedarme aquí con mi libro, aunque se que voy a tener que dejarlo del lado de los mortales.