Smoke y el cuento de navidad de Auggie Wren

    Lo que me gusta de El cuento de navidad de Auggie Wren escrito por Paul Auster es que conecta muy bien a los dos personajes en el marco de sus sensibilidades artísticas. Me parecen muy necesarios esos párrafos en los que el autor describe ese primer encuentro del narrador con la obra de vida de Auggie Wren, es decir, sus álbumes de fotos. Esta sensible descripción del tiempo es necesaria para la historia de navidad que luego va a contar el tabaquero. Si bien me gustó la forma en la que esta escrita la historia, no pude evitar extrañar un poco la emotividad propia del relato oral que se transmite en la película. Al final del relato se da a entender, en un intercambio de sonrisas, que la historia de navideña recién contada no es más que un invento de Auggie Wren. Se podría decir que la ambigüedad de esta escena final se ve muy bien representada en el carácter incierto del humo (Smoke). 
    Auggie y Paul tienen una relación medida por el humo en un amplio abanico de sentidos. Si nos referimos a lo literal, ambos se conocen a través del mostrador de la tabaquera. Pero si vamos a algo más abstracto, el titulo de la película también puede referirse a lo efímero de las cosas: la juventud, el dinero, la vida, el tiempo. O también puede tomarse esta alusión al humo de una manera más pesimista, que lo vincule a lo falso, lo incierto. El humo nos nubla la vista y nos impide distinguir a simple vista lo que es cierto de lo que no, lo que esta bien de lo que esta mal. Una neblina de humo sugiere un detenimiento para una observación más detenida de la realidad. Esto se vincula doblemente con la historia de Auggie. No solo en cuanto a la veracidad de la historia, si no con respecto al contenido. Si tomamos la historia como falsa, se relaciona muy bien con la idea traicionera del humo. Pero si la damos por verdadera, la historia sirve como un medio de apoyo para pensar el tiempo. El proyecto fotográfico de Auggie no es más que una forma de redimirse por su acciones. Saca una foto cada día por esa anciana que no puede ver. Retrata el tiempo de modo gráfico por esa señora que percibe el paso del tiempo a modo de voces, sonidos y ecos.
    Si bien la historia de navidad es mucho más emotiva al ser contada por Auggie, el hecho de que en la película se haya traducido el relato en imágenes, nos remite a esa relación sensible al arte que media la amistad de estos dos personajes. Paul es un hombre de palabras y Auggie es un hombre de imágenes. Al final de la película los roles se invierten y Auggie es el que cuenta un cuento. La historia, según la incorporó Paul, luego se muestra en imágenes blanco y negro y sin sonido.  









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