Ensayos fundacionales y teoría sobre el género

 Los ejemplos de Bacon y de Montaigne demuestran cómo, desde sus orígenes, el ensayo como género se para en un terreno muy amplio.  El fragmento de Michel de Montaigne se avoca a las subjetividades para pensar la vida y la muerte. Hace uso de la intertextualidad incluyendo varias citas de otros autores. Esto contribuye a hilar sus propios pensamientos y marcar un ritmo de lectura y un sentido en cuanto al contenido. Además el hecho de introducir citas agrega verosimilitud al demostrar que otros autores de renombre rozaron pensamientos similares. Francis Bacon, por el otro lado, se ciñe al tema a desarrollar de una manera más estrecha. El ensayo adopta en esta ocasión un formato mucho más breve y si se quiere objetivo. En un tema tan amplio como el de los viajes, se elige una perspectiva bastante lineal. 

El texto de Jaime Rest ayuda mucho a pensar lo amplio del género, que se ve reflejado en los textos fundacionales. Se trata de una interpretación científica de la realidad, formulada de forma provisional, ni definitiva ni justificada. Max Bense agregará que está sujeta a un contexto y a una individualidad literaria. El ensayo se plantea como un intento. Dentro de un ensayo en particular, un mismo tema se recorre desde distintas perspectivas; y dentro del género ensayístico, ese tema será retomado y re-formulado. Por eso la fuerza imaginativa es uno de los grandes protagonistas del ensayo. Los entornos de nuestra vida son configurados de maneras múltiples. El ensayo contiene la critica no solo desde su contenido si no que también desde el método artístico que elige en cada re-formulación. Experimentar e intentar, también es establecer una posición critica ante una cuestión. 

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